Redes y trabajo multiescalar

El cuidado del medioambiente rara vez se ejerce en solitario. Desde lugares alejados como Magallanes hasta instancias internacionales, muchas organizaciones y comunidades han demostrado que el trabajo colaborativo y la construcción de redes pueden marcar una diferencia clave. 

Vivir un conflicto ambiental implica actuar con diferentes estrategias y en distintos niveles: local, regional, nacional e incluso internacional. Como no es fácil abordarlos todos, articular nuestros esfuerzos con otros actores y escalar en la incidencia cuando el contexto lo permite o lo exige, es una decisión estratégica.

Este enfoque multiescalar permite compartir experiencias, acceder a nuevos conocimientos y herramientas, visibilizar conflictos y sumar fuerzas para ejercer presión colectiva. Además, amplía las posibilidades de acción e incorpora miradas desde distintas disciplinas y lugares  que enriquecen los procesos de defensa territorial.

Pero, ¿cómo empezar a mapear esas relaciones y conexiones posibles?


Lo primero es poder hacer un diagnóstico colectivo y para eso, una herramienta útil es el sociograma. Este permite identificar actores clave, visualizar niveles de poder y afinidad, identificar tipos de relaciones y pensar estratégicamente cómo construir alianzas y redes más sólidas.

¿Para qué sirve un sociograma?

Un sociograma es una herramienta visual que nos permite representar actores y relaciones en torno a un problema socioambiental. Su objetivo principal es ayudarnos a responder preguntas como:

  • ¿Quiénes están involucrados en este conflicto?
  • ¿Qué posición tienen respecto al problema?
  • ¿Cuánto poder o influencia ejercen?
  • ¿Qué tipo de relación tienen entre sí?

Esta información es fundamental para diseñar estrategias de colaboración, diálogo o articulación en función del tipo de actor y su posición frente al conflicto.

Afinidad y poder: dos ejes para la lectura estratégica

Cuando construimos un sociograma, trabajamos sobre dos dimensiones principales:

  • Afinidad: ¿Qué tan alineado está un actor con la causa o proceso en curso?
  • Poder: ¿Qué nivel de influencia tiene ese actor sobre el problema o su posible resolución?

Estos ejes se combinan en una matriz que permite clasificar a los actores en distintas categorías. Por ejemplo:

Según la afinidad:

  • Afines: apoyan activamente el proceso.
  • Diferentes: están de acuerdo con el problema, pero proponen otros caminos.
  • Indiferentes: no consideran que el problema los involucre.
  • Opuestos: se oponen activamente al proceso.

Según el poder:

  • Alto: capacidad significativa de influir en la situación.
  • Medio: cierta influencia en aspectos clave.
  • Bajo: escasa o nula capacidad de influencia directa.

Además del cruce entre afinidad y poder, el sociograma permite analizar las relaciones entre los distintos actores. Estas pueden ser fuertes, débiles, normales o  conflictivas, y ofrecen una imagen más completa de cómo se articula la red social en torno al conflicto. Este análisis relacional permite identificar vínculos existentes, tensiones, alianzas posibles o caminos de colaboración, enriqueciendo el diseño de estrategias colectivas.

Esto ayuda a tomar decisiones como:

  • ¿A qué actores necesitamos acercar?
  • ¿Con quiénes podríamos establecer alianzas?
  • ¿Qué actores debemos monitorear con mayor atención?
  • ¿Qué relaciones pueden fortalecerse o transformarse?


¿Cómo se construye?

Un sociograma puede elaborarse de forma participativa, por ejemplo, en un taller con representantes de una organización o comunidad. También puede complementarse con entrevistas o análisis de contexto. Antes de hacer un sociograma, es recomendable identificar los actores relacionados con el proceso de defensa ambiental, para luego ubicarlos en el diagrama. Además, es importante que los criterios de análisis (poder, afinidad, relaciones) sean definidos colectivamente, para que reflejen la percepción local del conflicto.

Considera que esta herramienta no es estática: puede repetirse en diferentes momentos del proceso para observar cómo cambian las relaciones, alianzas o resistencias.

¿Para qué usarlo?

  • Diagnosticar actores clave y relaciones sociales.
  • Visualizar puntos de apoyo y posibles conflictos.
  • Fortalecer redes y diseñar estrategias de articulación.
  • Planificar acciones de incidencia diferenciadas según tipo de actor.
  • Evaluar la evolución de los vínculos y el posicionamiento en el tiempo.

Acá puedes ver un ejemplo de Sociograma:

Ejemplo de sociograma para identificar actores y relaciones

El sociograma no es solo un mapa: es una forma de leer el territorio desde lo relacional, y de pensar cómo avanzar colectivamente en la defensa del medio ambiente.

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